Los niños y niñas con discapacidad cada día nos enseñan la belleza de la vida, que debemos persistir hasta alcanzar nuestros sueños. Nada es imposible cuando se cree…
Sobre todo se hace mas fácil el camino cuando nos disponemos a hacer mas ligera la carga de otros, seamos buenos samaritanos y extendamos nuestras manos no para señalar, sino para levantar y motivar a seguir a delante al que se encuentra débil.