“Cuando era pequeño Leonel no soportaba la bulla de los otros niños, se aislaba y algunas veces hasta lloraba, pero con las terapias el empezó a tener cambios, a mejorar poco a poco y eso cambió nuestras vidas”, dice don Ernesto, quien se ha dedicado por completo a acompañar a su hijo en cada terapia con el apoyo de su esposa, doña Yolanda. Hoy, Leonel es un niño alegre, amistoso, inteligente y creativo que hace sentir orgullosos a sus padres al ver que sus esfuerzos por sacarlo adelante han valido la pena.
Todos los esfuerzos que los padres, madres, abuelitas, abuelitos, tíos, tías, hermanos, hermanas, etc., hacen por los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad, son la razón por la cual este año recalcamos que #ElAmorRehabilita, pues el amor es el motor que impulsa a los chavalos y chavalas a salir adelante.